Realidades.- El sistema de corrientes marinas, el sistema de circulación oceánica, es uno de los elementos del medio natural que más afectan a nuestra vida, y sin embargo es también uno de los más desconocidos. Una de las funciones más importantes de las corrientes marinas es la circulación termohalina, que permite redistribuir el calor en el planeta desde las zonas tropicales a los polos.
La fuerza centrífuga provocada por la rotación de la Tierra empuja las masas de agua hacia el Ecuador. Allí las aguas superficiales se calientan y por efecto de la rotación del planeta se desplazan de este a oeste, formando en los océanos Pacífico, Índico y Atlántico corrientes ecuatoriales al norte y sur del Ecuador. Estas corrientes chocan contra las costas orientales de los continentes, originando a causa del cambio climático unos efectos más acusados de la subida del nivel del mar que en el resto del planeta.
Como consecuencia de que las corrientes ecuatoriales se desplacen a norte y sur se provoca una contracorriente ecuatorial de oeste a este que llena el vacío causado por estas. Esta corriente es la causante del fenómeno de El Niño en el Pacífico, al desplazar periódicamente las aguas frías de la costa de Sudamérica y sustituirlas con aguas mucho más calientes.
Una vez que las corrientes ecuatoriales impactan contra las costas orientales de los continentes se desplazan hacia el norte —la ecuatorial del norte— y el sur —la ecuatorial del sur—, dando origen a climas subtropicales húmedos en las zonas templadas de las costas orientales como en el sur de EE. UU., China, Brasil, Uruguay, el norte de Argentina o al este de Australia y Sudáfrica; y desde allí las corrientes cálidas giran al oeste para cerrar el ciclo oceánico y calientan así las costas occidentales.
La más famosa de estas corrientes cálidas que calienta las costas occidentales es la corriente del Golfo, que desplaza las aguas cálidas del Caribe hasta Noruega y da a Europa unos climas excepcionalmente cálidos para su latitud —los viñedos de Burdeos se encuentran a la misma latitud que la frontera de EE. UU. con Canadá—. Estas corrientes cálidas dan lugar así a los climas oceánicos de Europa, el sur de Chile, Nueva Zelanda y Norteamérica.
Con todo su vacío es ocupado por aguas más frías en las costas orientales, dando lugar a climas continentales en Norteamérica, Asia oriental y la Patagonia.
Sin embargo el fenómeno más fácil de ver es es el que se produce en las costas occidentales entre los 15 y 35 grados de latitud, donde se produce la surgencia marina, que consiste en el ascenso de las aguas frías y profundas a la superficie al perder fuerza la corriente cálida que se lo impedía, reduciendo así la evaporación y con ello las precipitaciones, y dando lugar a los grandes desiertos de la Tierra. Además estas corrientes arrastran también la materia orgánica depositada en el lecho marino y son muy ricas en plancton, dando lugar a las mayores reservas pesqueras del mundofrente a las costas de los desiertos.
De este modo se originan cinco grandes giros oceánicos: Pacífico norte y sur, Atlántico norte y sur e Índico. Cada uno de estos giros está causado por corrientes superficiales circulares en los bordes de los océanos que en los últimos tiempos han ido recogiendo y atrapando los residuos plásticos, formando las grandes islas de plástico de los océanos.