Realidades.- El 19 de septiembre de 1985, un terremotode 8,1 grados en la escala de Richter sacudió los cimientos de México, dejando amplias zonas de la capital en ruinas y más de 10.000 muertos tan solo en esa ciudad. La tragedia natural obligó a revisar los códigos sísmicos existentes y, dos años más tarde, se publicaron las nuevas normas técnicas para el diseño de edificios antisísmicos.
En la Ciudad de México (CDMX), construida sobre un antiguo lago, un estudio preciso del comportamiento del suelo ayudó a incrementar los factores de protección sísmica. Jesús Valdez, ingeniero constructor y CEO de Miyamoto International en México , explica que el suelo de la capital es muy blando, lo cual amplifica las ondas sísmicas y representa un reto adicional a la hora de diseñar edificaciones.
Nuevos dispositivos sísmicos
En 2017, muchos años después, pero justamente otro 19 de septiembre, un terremoto de 7,1 grados en la escala de Richter causó graves daños en la capital, cobrándose casi 400 víctimas mortales. Jesús Valdez cuenta a DW que precisamente ese día, por la tarde, se iba a presentar una actualización del código sísmico, que incluía novedosos dispositivos como amortiguadores, aisladores de base o contraventeos restringidos al pandeo. Hoy día, las normas mexicanas contemplan estos dispositivos.
Referencias arquitectónicas
Inaugurada en 1956, la Torre Latinoamericana fue una referencia a nivel mundial en materia de arquitectura antisísmica. Gracias a su estructura de acero, el edificio posee una ductilidad natural que le permite resistir deformaciones, sin dañarse. Asimismo, su sistema de cimentación ha servido de ejemplo para muchos edificios construidos en suelo similar en la CDMX.
Fuente: DW