Realidades.- En las últimas semanas las frases como “quédate en casa” o “lávate las manos con agua y jabón” se han reproducido de manera masiva y repetitiva en medios de comunicación, mensajes del gobierno y redes sociales para tratar de detener la propagación del coronavirus en el mundo, pero debes de saber que tiene un respaldo científico.

Integrantes del colectivo Científicos Mexicanos en el Extranjero y el Laboratorio con Ciencia Social midieron a través de un modelo matemático y una metodología rigurosa la efectividad de las medidas de control sanitario de China, Italia, España, Inglaterra, Estados Unidos y México.

El modelo que fue utilizado emplea un sistema de ecuaciones diferenciales que detallan a partir de un parámetro biólogico y social, cómo surge un brote infección, cómo es su crecimiento, el nivel máximo de este y cómo decae.

Cuáles fue el análisis?

CHINA

Las medidas de control severas implementadas a nivel regional permitió mitigar la intensidad del brote inicial.

ITALIA

Fue el primer país europeo en presentar brote con gran intensidad por lo que las medidas de control implementadas fueron relajadas lo que permitió un mayor número de contagios.

ESPAÑA

No se implementaron medidas fuertes y de ningún tipo hasta 8 días después.

ESTADOS UNIDOS

21 días después de que se inició el brote a tasa de contagio no ha disminuido en gran medida porque las medidas de control se aplicaron de forma tardía.

MÉXICO

Debido a la estrategia establecida con suficiente antelación sobre la llegada del Covid-19, es muy prematuro medir el impacto de las medidas implementadas por la Secretaría de Salud, por lo que de seguirlas adecuadamente la tasa de contagio será menor de 0.319.

“En México (el virus) llegó mucho más tarde que en todos los demás países, tenemos datos de que el brote empezó a tener un número importante el 19 de marzo con 118 infectados. Las medidas de contención empezaron mucho antes incluso de que llegáramos a un número de cien personas, estamos muy adelantados con respecto a otros países”, apuntó Mariana Vargas Magaña, investigadora del Instituto de Física de la UNAM.

Fuente: MardeFondo