El conflicto entre Videgaray y Carstens, la clave detrás de la investigación de la Cofece a la banca

Realidades.- La pesquisa de la Cofece complica al ex titular del Banxico. BBVA, CitiBanamex y JP Morgan entre los más afectados.

La rivalidad entre Luis Videgaray y Agustín Carstens fue uno de los conflictos subterráneos más importantes del sexenio de Enrique Peña Nieto. En esa pelea está el origen de la investigación de la Cofece contra bancos y casas de Bolsa que hoy por hoy sacude al sector financiero. El regulador tiene casi probado que entidades como Bancomer, CitiBanamex, Barclays y JP Morgan manipularon el mercado de bonos mexicanos para lograr ganancias millonarias a través de un esquema que les permitía fijar tasas en consonancia con Banxico.

Carstens dejó el Banxico en diciembre 2016. Arrastraba un fuerte conflicto con Luis Videgaray, el funcionario más poderoso del sexenio anterior. Tenían diferencias estructurales sobre el nivel de deuda de México, la falta de inversión en obras que incrementen la productividad del país,  la reforma fiscal y el bajo crecimiento. 

Más allá de  los «fundamentales» de la macroeeconomía, existía un problema casi existencial: para Carstens el ascenso de Videgaray se debía a las «transas» de la política y no a su nivel técnico. Carstens nunca consideró los méritos técnicos de Videgaray sino que observaba su ascenso desde el corazón de la política mexiquense, con todo el aval del grupo Atlacomulco.

Por eso cuando el ex canciller conoció la historia  de las supuestas colusiones entre 2006 y 2016 fue su oportunidad para señalar que Carstens no era distinto a él. Hacía lo mismo solo que en mejores ambientes. Alejandra Palacios, muy cercana a Videgaray, activó la pesquisa y la información decisiva la aportaría Alberto Bazbaz, aliado del itamita y el último jefe del Cisen en el sexenio anterior. De hecho, siempre se comentó en el sector financiero que Bazbaz solo había sido promovido al Cisen por este asunto.

En el reporte del Cisen, correctamente incorporado al expediente, queda en evidencia que la manipulación de los bonos era imposible sin la clara injerencia de directivos de Banxico que debían responderle a Carstens. Es un giro muy calculado: los bancos, como en otras latitudes ya ha sucedido, se verán forzados a pagar fuertes multas, pero el futuro de Carstens y sus funcionarios puede ser más complejo y, sin duda alguna, de carácter penal.

Fuente: LaPoliticaOnline

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