Columna: Intervención electorera en Playa del Carmen
Por: Tiryon Varys L.
La operación e intervención política por parte de los gobernantes en funciones en los procesos electorales ha sido un tema de inacabadas discusiones en foros políticos que han motivado normas como la Ley General de Delitos Electorales, cacharros jurídicos que parecen hacer algo pero que astuta y convenientemente, no castigan el manoseo político que presidentes, gobernadores y munícipes generan en cada elección, en la búsqueda de sus intereses más rapaces.
Los modos de intrusión en las elecciones son bastante creativos y siniestros, desde el desvío de recursos públicos para las campañas de los candidatos “más leales” al sistema, el bloqueo mediático de los adversarios y contrincantes más peligrosos hasta las campañas negras que se hacen cada vez más presentes a través de los medios digitales derivado de su difícil regulación.
Pero la perversidad electoral debe tener un tope.
Utilizar la seguridad de los ciudadanos como medio para controlar la elección a diputados locales en Solidaridad (Playa del Carmen), habla de una actitud funesta y deplorable del gobierno de Carlos Joaquín.
El mensaje entre líneas del decreto de mando único, es la desesperación del partido en el gobierno ante una inminente derrota en el distrito electoral que más importa al Gobernador, el que es su casa y en el que dispuso imponer como candidata a su operadora jurídica y persona de mayores confianzas.
Poner como pretexto el control de la seguridad pública en Solidaridad, para sitiar Playa del Carmen y vigilar en tierra las acciones de campaña de los adversarios del PAN, denota una total insensibilidad ante la realidad que acontece en Quintana Roo. Porque el problema no privativo de Playa del Carmen, la inseguridad agobia a Cancún, Tulum, Chetumal y hasta Felipe Carrillo Puerto.
La intención es desviar la atención popular al encontronazo entre los Beristáin y el Gobernador, y mientras tanto, hacer fluir los recursos para la compra de votos en favor del PAN, PRD y Encuentro Social Quintana Roo. Ya con la policía municipal al mando estatal, la tarea de nulificación de las estructuras de partidos como Morena y PRI será más sencilla.
La inseguridad es lo de menos. Los acuerdos con los grupos del crimen organizado ya están en proceso para tranquilizar momentáneamente la situación y una vez logrado el objetivo de posicionamiento de la candidata del Gobierno, se irán para dejar de nueva cuenta el cochinero a Laura Beristáin, o en una de esas, si el congreso actual logra la desaparición de poderes en Solidaridad, quedarse con el paquete que en la elección 2018 no lograron.
El motivo es claro, Lili Campos no tiene posibilidades de triunfo en este momento y el actual gobierno no transitaría con Juan Carlos Beristáin. Esta intervención, como medida desesperada a 15 días de concluir las campañas electorales tendrá más costos que beneficios. El presidente López Obrador entró ya al tema y parece no haberle agradado el actuar de Carlos Joaquín.
El tema reitero, no es de seguridad. Es político y es electoral y para desgracia de la ciudadanía, los operadores del Gobernador están dispuestos a todo con el fin de quedarse con la joya presupuestal que significa Playa del Carmen y todo Solidaridad.