Un fallo judicial obliga a la editorial Penguin Random House, en su filial mexicana con el sello Grijalbo, a publicar el libro Las señoras del narco (escrito por la periodista Anabel Hernández) cómo Periodismo de Ficción, la sentencia estableció que las acusaciones plasmadas en dicho título carecen de sustento documental.
El libro contienen afirmaciones que, según el fallo judicial, no fueron respaldadas con pruebas. La resolución fue emitida por el tribunal colegiado de apelación del vigésimo sexto circuito, con sede en La Paz, Baja California Sur, durante la sesión pública del 11 de julio de 2025.
El tribunal concluyó que las afirmaciones que fueron publicadas en el libro no cuentan con fundamentos y ordenó a Penguin Random House incluir la postura de la empresa afectada. La sentencia también señala que las pruebas aportadas por la propia editorial resultaron contradictorias, al referirse en algunos casos a la existencia de “catálogos” de actrices y en otros a su inexistencia.
El tribunal resolvió que la editorial deberá designar e informar públicamente el nombre del responsable de atender solicitudes de réplica, así como brindar una disculpa pública por la publicación de contenidos sin sustento y cubrir una sanción económica.
El libro ha recibido críticas de figuras públicas como Galilea Montijo, Paty Navidad y Alicia Machado, quienes negaron las versiones expuestas por la autora. Las tres actrices han expresado públicamente que las afirmaciones en su contra carecen de veracidad y se trata de señalamientos infundados.
La sentencia también impacta directamente a la autora, cuyas publicaciones más recientes, como La historia secreta: AMLO y el cártel de Sinaloa, han sido cuestionadas por su falta de documentación verificable. Diversos analistas y periodistas han señalado que su estilo se acerca más al “periodismo de ficción” que al periodismo de investigación.
Debido a este fallo, tanto Penguin Random House como otros sellos editoriales deberán aplicar los mismos estándares de verificación que rigen en los medios de comunicación al publicar libros con contenidos que involucren acusaciones públicas.
Fuente: Astillero

