En una clasificación reveladora del Departamento de Estado de Estados Unidos, Yucatán se posiciona como el único estado del país junto a Campeche que no figuran dentro de las alertas de viaje – señal inequívoca de su percepción como un destino más seguro que el resto del territorio mexicano para las y los ciudadanos estadounidenses.

Un mapa nacional marcado por la prudencia

De acuerdo con la propia entidad estadounidense, existen tres niveles principales de aviso:

• “Do not travel” (Nivel 4) para estados con riesgo extremo.
• “Reconsider travel” (Nivel 3) en territorios con advertencias significativas.
• “Exercise increased caution” (Nivel 2), donde la precaución es recomendada.
• Y finalmente, “Exercise normal precautions” (Nivel 1), el nivel más bajo de alerta Travel+1.

Mientras la gran mayoría del país se ubica en los niveles 2 o 3 —y algunos pocos en el nivel más alto—, solo Yucatán (junto con Campeche) logra mantener el nivel más benigno, lo que lo convierte en un oasis dentro del panorama nacional TravelWikipedia.

¿Qué significa para Yucatán?

Este reconocimiento internacional fortalece aún más la reputación de Yucatán como un destino seguro, ordenado y confiable. La percepción es respaldada también por datos más amplios de seguridad pública, arquitectura patrimonial, infraestructura turística y cohesión social, que consolidan al estado como un referente en estabilidad dentro del país.

Turismo y confianza internacional

Este contexto ofrece una ventaja estratégica importante: la confianza de turistas internacionales, particularmente del mercado estadounidense, que acceden a destinos con menor exposición a riesgos. Ello se traduce en una ventaja competitiva real para Yucatán, frente a otras regiones que enfrentan restricciones (por ejemplo, Guerrero, Michoacán, Colima, Sinaloa o Tamaulipas entre otras), catalogadas en niveles más altos de precaución TravelTravel Market Report.

En medio de un panorama nacional marcado por niveles elevados de alerta, Yucatán emerge como “el estado seguro” para el viajero estadounidense. Este reconocimiento internacional no solo debe interpretarse como un mérito, sino también como una responsabilidad: consolidar estrategias de prevención, gobernanza y desarrollo sustentable que mantengan este estatus, beneficiando tanto al turismo como a la seguridad de sus ciudadanas y ciudadanos.