Por Sergio Lugo
El 19 de julio de 1979, triunfó la Revolución en Nicaragua, con la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), quienes derrocaron al dictador fascista Anastacio Somoza Debayle -impuesto por EUA-. (Fue tío de la conducta en México, Martha Debayle).
Meses antes, la Guardia Nacional (soldados) de Somoza trató de exterminar varias ciudades, arrojando bombas a las casas, donde mataban a mujeres, ancianos y niños, pues los soldados estaban furiosos de que el pueblo apoyaba a los guerrilleros, mediante barricadas.
Varios mexicanos tomaron las armas y fueron a Nicaragua para luchar junto a los guerrilleros.
Incluso, el Presidente José López Portillo rompió relaciones diplomáticas con el dictador Somoza y simpatizó con los sandinistas.
El gobierno de Estados Unidos, mandó militares y aviones en la frontera de Nicaragua, y apoyó con dinero y armas a Somoza y a sus mercenarios llamados «Contras», justo para matar a los guerrilleros, durante toda la década de los 80.
Pero los sandinistas, con Daniel Ortega y otros comandantes, tenían el apoyo del pueblo nicaragüense, así como de Cuba, y varios países latinoamericanos.
Se haría famosa la fotografía del «hombre Molotov», era del guerrillero sandinista Pablo Aráuz, combatiendo. La tomó Susan Meiselas.
Varios católicos apoyaron a los sandinistas (como mi amigo Víctor).
Destacó el sacerdote Ernesto Cardenal, quien también era poeta (cómo no recordar «Oración por Marilyn Monroe»), quien se convertiría en Ministro de Cultura, con el nuevo gobierno revolucionario, y sería castigado por el Papa Juan Pablo II porque era anti comunista.
Por cierto, lo que sucedió después, y ahora, en esa Revolución, es otro tema.
Aquél 19 de julio de 1979, fue de fiesta nacional en toda Nicaragua, el pueblo y los guerrilleros salieron a festejar.
A mediados de la década de los 20, el gobierno de Estados Unidos invadió Nicaragua, pero el pueblo también tomó las armas, ahí destacó Augusto César Sandino, quien con su clásico sombrero, le hizo frente a los «gringos» invasores.
Sandino antes permaneció un tiempo en México, aquí se había inspirado en Zapata y en la Revolución Mexicana.
Sandino enarboló una bandera roja y negra. Y declaró «No me vendo, ni me rindo. Yo quiero patria libre, o morir».
Décadas más tarde, el pueblo volvió a tomar las armas y nombró a su guerilla «Frente Sandinista de Liberación Nacional», (en su honor), y usó esa frase, como lema.
El 19 de julio de 1979, liberaron a esa patria.

