El Plan D de la 4T

Tercera parte

Sergio Lugo

Aquí daré ejemplos de «Golpes militares», así como participación de soldados en la política de México, desde 1920 a la actualidad.

En los artículos anteriores he mencionado que se deben revisar todos los militares, policías, Guardia Nacional, y guardaespaldas, para estar prevenidos sobre un posible «Golpe militar», y/o atentado contra Sheinbaum o cualquier gobernante de Morena.

En 1920, el Presidente de México era Venustiano Carranza, su gallo para sucederlo en la silla presidencial era un civil, entonces, los militares de Sonora: Calles, De la Huerta y Obregón, se levantaron en armas, por medio del «Plan de Agua Prieta», lo tumbaron y lo mandaron asesinar.

Recapitulemos. El «Ejército Libertador del Sur», de Emiliano Zapata, se enfrentó a los militares de Porfirio Díaz, luego de Francisco I. Madero, de Victoriano Huerta (que eran casi los mismo), y al de Carranza.

En teoría, el Ejército Constitucionalista (de Carranza) nació después de derrotar a los militares de Díaz y de Huerta. Es el que tenemos vigente. Y también en teoría este ejército no es elitista (como el de Díaz), sino que cualquier hijo del pueblo, puede pertenecer.

En ese ejército carrancista lucharon los generales Álvaro Obregón, Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles, y también Lázaro Cárdenas.

Carranza siempre mandó a su ejército a tratar de exterminar a los pueblos que apoyaran a Emiliano Zapata.

Cabe aclarar que el ejército de Zapata, no pudo comprar ni municiones ni armas en Estados Unidos, ni en otros países, por eso le era difícil hacer frente al ejército federal (los pelones), por las armas obsoletas que disponían. Esto se debió, en parte, por su posición geográfica.

En 1915 Carranza recibió armas del gobierno de Woodrow Wilson, de Estados Unidos, para combatir a los zapatistas, y al villismo.

Entonces, como venganza, y porque un judío «gringo» le vendió armas obsoletas o que no funcionaban, el 9 de marzo de 1916, Pancho Villa y su ejército de alrededor de 500 hombres, se puede decir que, invadieron a Estados Unidos, entraron a su territorio, y quemaron Columbus, Nuevo México.

En respuesta, el gobierno de Estados Unidos mandó a su ejército, con alrededor de 12 mil soldados «gringos», con el general John Pershing al frente, a lo que sea llamó «Expedición Punitiva», y entraron a territorio mexicano, de marzo de 1916 hasta febrero de 1917, pero jamás pudieron capturar a Pancho Villa, pues le funcionó su «guerra de guerrillas», y porque el pueblo apoyaba al mexicano.

De alguna forma, también fue una invasión de EUA a México, pero el Presidente Carranza de alguna manera, los dejó pasar, porque quería su reconocimiento como Presidente.

Luego Carranza mandó asesinar a Zapata y al general Felipe Ángeles, justamente con su «Ejército Constitucionalista». Esto es fundamental para todo lo que estoy contando.

En 1920, después del asesinato de Carranza (quien no fue militar), el general Adolfo de la Huerta fue Presidente interino.

Y el ganador de las elecciones presidenciales fue el general Álvaro Obregón, de 1920 a 1924. Aquí empezaron a gobernar los militares de Sonora.

Obregón se preocupó por la educación pública, y por medio de Vasconcelos, los muralistas entraron en acción.

Se debe resaltar que varios combatientes zapatistas, apoyaron al «Plan de Agua Prieta», y luego ingresaron al Ejército Federal cuando Obregón fue Presidente, por ejemplo Gildardo Magaña, quien también luego sería Gobernador de Michoacán. Eso también fue fundamental, para el nuevo Ejército.

En 1920 el Presidente interino Adolfo de la Huerta, le pidió a Pancho Villa que depusiera las armas, aceptó, y le dio la hacienda de Canutillo, donde se retiró.

En una ocasión, un periodista de «El Universal», lo fue a entrevistar, Villa, quizá no midió sus palabras, dio a entender que él veía bien a De la Huerta para suceder a Obregón. Y que Villa, en tan sólo unos días podía levantar nuevamente su ejército (y era verdad dada su simpatía popular).

En julio de 1923 Pancho Villa fue asesinado por varios tiradores en una emboscada. Todo apunta a Obregón y su Secretario de Gobernación, Calles, quien era su gallo para sucederlo.

En diciembre de 1923 Adolfo de la Huerta se levantó en armas contra el Presidente Obregón, se cree que unos 23 mil soldados se sublevaron. Adolfo quería ser el candidato presidencial.

Desafortunadamente, en esa revuelta, la «Casta divina», que eran los hacendados yucatecos, se aliaron a los militares golpistas, con el general Juan Ricárdez Broca al frente, y fusilaron al gobernador socialista de Yucatán, Felipe Carrillo Puerto.

Esto es clave en la historia: Carrillo Puerto era seguidor de Emiliano Zapata, estaba realizando su revolución en la tierra de los Mayas.

Carrillo Puerto cuando estaba huyendo de los militares golpistas, se reunió con su gente, el pueblo lo apoyaba pero no tenían armas para defenderse de los soldados, ya Felipe le había solicitado, en telegramas, armas a Plutarco Elías Calles, Secretario de Gobernación, pero este nunca se las mandó a tiempo.

El gobernador de Yucatán apoyaba al Presidente Obregón. Y esto es medular en mi artículo: el pueblo de Yucatán estaban organizados en Ligas de Resistencia y en el Partido Socialista del Sureste, gracias a Carrillo Puerto, pero no tenían armas para defenderlo y por eso los militares golpistas lo capturaron (y porque debido a la geografía de Yucatán, no tenían dónde huir, sólo había mar y selva) y mataron al gobernador, el 3 de enero de 1924.

La pregunta es ¿en la actualidad, estamos preparados los mexicanos para un ‘Golpe militar’? ¿Estamos organizados? ¿Tenemos armas y sabemos usarlas? También por eso fueron derrotados los zapatistas en Morelos.

Luego se restableció el orden, y los militares «delahuertistas» fueron derrotados en 1924.

Ese año el general Plutarco Elías Calles, también de Sonora, se convirtió en Presidente de México, hasta 1928. Igualmente, apoyó la educación, la ciencia y la agricultura.

En 1926 inició la «Guerra Cristera», porque el Presidente Calles hizo respetar la Constitución de 1917, sobre todo, en cuestión de la libertad de cultos, y una educación pública y laica.

La iglesia católica (con apoyo del Vaticano), se molestó y mandó a tomar las armas contra el gobierno federal. El sector más fanático y retrógrada, agarró los fusiles, principalmente, en el Bajío, Guanajuato, y Querétaro, y una parte de Michoacán. (Los abuelos del PAN y la Derecha).

Afortunadamente el ejército mexicano luchó para salvar a la Patria en contra del oscurantismo, y derrotó a los católicos armados, (estos aprovecharon para volver mártires a algunos sacerdotes). Esa guerra terminó en 1929.

En 1927, Calles le dio el «dedazo» a Obregón para que volviera a ser Presidente de México, el año entrante, para eso, los legisladores modificaron la Constitución y permitieron esa reelección.

Entonces, los generales Francisco R. Serrano y Arnulfo R. Gómez, rompen con gobierno, y también son candidatos a la presidencia de la República, e intentan un «Golpe militar» en octubre de ese año, pero fracasaron, en consecuencia son fusilados, el primero, en Huitzilac, Morelos, en octubre; y el segundo en Coatepec, Veracruz, en noviembre de ese mismo 1927, por órdenes del gobierno federal.

Todo ese suceso, quedó plasmado en la magnífica pluma de Martín Luís Guzman y su novela «La sombra del caudillo»; así como en la estupenda película homónima, del director Julio Bracho, en 1960, la cual fue censurada por la SEDENA. Ambas son mis favoritas. Todo político debe leerla y mirarla.

Cabe mencionar que, después, Obregón fue asesinado por León Toral, un fanático católico.

Desde entonces ya no hubo intentos de Golpes militares, con posibilidades reales de triunfar, aunque sí hubo brotes que voy enumerar de manera general.

El general Lázaro Cárdenas gobernó de 1934 a 1940, tuvo la audacia de juntar a todas las facciones militares a su favor, que luego se convirtieron en cardenistas.

En 1938 Cárdenas promulgó la expropiación petrolera. También el militar Saturnino Cedillo se levantó en armas contra el Presidente, pero este lo derrotó después de ocho meses, y Cedillo fue asesinado.

Lo interesante es que Cedillo contaba con el apoyo de grupos fascistas, pro Nazis, alemanes, recordemos que, en 1939 Hitler ya estaba en el poder en Alemania y ya venía la Segunda Guerra Mundial. Ese año nació el PAN admirador de los Nazis y de tradición fanática católica.

Ellos apoyaron al militar Juan Andrew Almazán quien se lanzó para Presidente de la República, en 1940, en contra del candidato de Cárdenas, el general Manuel Ávila Camacho. Irónicamente, Almazán también pasó de ser revolucionario a irse a la Derecha, y aunque contaba con un sector militar, empresarial y panista, perdió la elección.

Ya con Ávila Camacho como Presidente, México entró a la Segunda Guerra Mundial, y envío al «Escuadrón 201» para combatir al fascismo de Hitler.

Se dice que el sistema decidió que ya no hubiera más militares en el poder y que por eso, sólo se iba a permitir a civiles como Presidentes, esa nueva era la inició el licenciado Miguel Alemán cuando llegó a la presidencia en 1946 (pero se juntó con los empresarios). De alguna manera, los siguientes presidentes civiles, y políticos civiles, de lo que sería del PRI ya no fueron militares pero sí fomentaron una burguesía nacional, y el ejército se subordinó a ellos.

En 1952 el militar Miguel Henríquez Guzmán lanzó su candidatura presidencial por la Federación de Partidos del Pueblo, de corte nacionalista y con apoyo de militares.

Esto en contra del candidato oficial Adolfo Ruiz Cortinez, el gallo de Miguel Alemán. En este caso, Henríquez Guzmán también perteneció al PRI, pero rompió, y más atrás fue cercano al general Lázaro Cárdenas y a su familia.

Pero el general Cárdenas, a pesar de su simpatía, no lo apoyó abiertamente, pues no iba romper con el PRI, aunque usaron su apellido para su campaña.

Se impuso Ruíz Cortínez, entonces, varios militares le comunicaron a Enríquez Guzmán que se podrían levantar en armas, es decir, un «Golpe militar», pero él les pidió que no, para evitar un conflicto, entre esos militares estaba Marcelino García Barragán. Pero al final, el PRI los reprimió, y Miguel se retiró.

En 1954 el Presidente de México, Ruíz Cortínez, permitió la creación del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), como partido paraestatal, ligado al PRI.

Era un partido de militares veteranos revolucionarios, que pertenecieron al «Ejército Constitucionalista», cuya figura era Venustiano Carranza, entre los fundadores estaban los generales Jacinto B. Treviño y Juan B. Barragán. Ese partido «carrancista», le sirvió al PRI para legitimarlo.

Su nombre aducía a dos símbolos: que ellos eran los continuadores, del Partido de la Revolución Mexicana (que había fundador el general Cárdenas) y que luego se convirtió en el PRI. Y eran los auténticos revolucionarios.

Recordemos que el general Calles fundó el Partido Nacional Revolucionario (PNR), que luego el general Cárdenas lo transformó en el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), y que finalmente, el licenciado Miguel Alemán lo cambió al Partido Revolucionario Institucional (PRI)

Lo más trascendental que hizo el PARM fue en 1987, postular a Cuauhtémoc Cárdenas como candidato a la presidencia de la República, quizá por el cariño de los militares que le tuvieron a su padre, el Tata Cárdenas.

Siempre se ha creído que un amplio sector del ejército apoyó la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, quizá por eso, él no llamó al pueblo a tomar las armas. Nunca lo sabremos.

Entre 1957 y 1958, el gobierno de Ruíz Cortínez y luego de López Mateos, mandaron a los militares a reprimir y encarcelar a los profesores y obreros. Los ejemplos más visibles fueron, el líder de Izquierda, del magisterio MRM Othón Salazar, y a los dirigentes comunistas ferrocarrileros, Valentín Campa y Demetrio Vallejo.

En 1962, el Presidente Adolfo López Mateos, luego de prometerle una amnistía, mandó fusilar a Rubén Jaramillo, un líder campesino y zapatista de Morelos. Varios soldados y policías lo capturaron y el 23 de mayo fueron asesinados Rubén Jaramillo, su esposa embarazada, y sus hijos, cerca de la zona arqueológica de Xochicalco.

Siempre hubo militares déspotas, como el que gobernó mi tierra, Guerrero; fue el general Raúl Caballero Aburto, del PRI, desde 1957 estaba en el poder, pero en 1960 hubo una huelga estudiantil para tener autonomía de la universidad (UAG), pero los reprimió y mandó matar, el 30 de diciembre de ese año, en Chilpancingo. Sin embargo, el pueblo se movilizó, y lo tumbaron, así en enero de 1961, se llamó a la «desaparición de poderes en el estado», y nombraron a un gobernador interino.

En 1964 Gustavo Díaz Ordaz, se convirtió en Presidente de México, hasta 1970. Nombró como Secretario de la Defensa Nacional (SEDENA) a Marcelino García Barragán, aquél que trató de hacer un Golpe militar contra el PRI de Ruíz Cortínez.

Lo increíble es que el general Marcelino García Barragán nunca fue leal a nadie, primero anduvo apoyando a Villa, luego a Carranza. Después se incorporó al PRI, luego rompe y apoya a Henríquez Guzmán, después regresa al PRI. Curiosamente, el nieto de García Barragán es el policía Omar García Harfuch.

A finales de su sexenio Díaz Ordaz le pidió a Antonio Aguilar, que hiciera una película sobre Zapata, (y según las declaraciones del actor) el Presidente lo mandó con el secretario de la SEDENA para que le diera el visto bueno de la película, pero García Barragán se molestó sobre Zapata, y le dijo que su jefe o líder era Venustiano Carranza, señalandole una foto de él. Al final, el gobierno del PRI le censuró la fantástica película a Antonio Aguilar, que se titula «Emiliano Zapata», muy recomendable, la más cercana a la historia real.

La mayoría piensa que el ejército mató estudiantes sólo en 1968, en Tlatelolco, Ciudad de México. Pero lo hizo desde antes.

Cómo paréntesis, según en sus memorias, García Barragán aseguró que después de la masacre del 2 de octubre, el gobierno de Estados Unidos le comunicó que sí hacia un «Golpe militar» contra Díaz Ordaz, lo apoyarían.

Pero no le creo, porque Díaz Ordaz era el Presidente más anti comunista y represor que había tenido México, además, era informante de la CIA igual que Echeverría y López Mateos. ¿Por qué el gobierno de EUA querría tumbarlo? Era ilógico.

El Presidente Gustavo Díaz Ordaz mediante su secretario de la Defensa Nacional Marcelino García Barragán, mandó soldados para arrasar pueblos enteros de la Costa Grande y de la Sierra del estado de Guerrero, para eliminar a las guerrillas de los profesores Lucio Cabañas y de Genaro Vázquez.

Los soldados torturaban y desaparecían a guerrilleros, campesinos o estudiantes que simpatizaban con los rebeldes, varios militares desde helicópteros, aventaban vivos a esa gente, al mar de Acapulco.

Irónicamente, el «carrancista» de García Barragán continúo con la «Guerra sucia» de exterminio, en Guerrero, que ordenó Venustiano Carranza, casi 50 años atrás contra los pueblos zapatistas, porque la mayoría de los guerrilleros, o sus familiares, o simpatizantes, tenían algún ancestro que luchó o apoyó a Emiliano Zapata, pues en Guerrero siempre fueron «zapatistas», como lo fue la familia de Lucio Cabañas.

Por cierto, estás guerrillas tuvieron el mismo problema, que Carrillo Puerto y su gente: la falta de municiones y armas nuevas, porque tanates les sobraban.

El Presidente Luis Echeverría (1970 a 1976), continúo con esa guerra de exterminio en Guerrero (y contra las guerrillas urbanas en el país), mediante su Secretario de la Defensa Nacional SEDENA el general Hermenegildo Cuenca Díaz, quien casualmente, también era «carrancista», pues escoltó al Presidente Carranza hasta el final, cuando sería asesinado en 1920.

Habría que revisar los archivos y bitácoras, cuántos soldados fueron envíados a Guerrero entre 1967 y 1976, para matar a guerrilleros y campesinos. Recomiendo el libro «Los años heridos. La historia de la guerrilla en México». (Planeta). De Fritz Glockner. Mi camarada es el Director general de las librerías EDUCAL, del gobierno federal. Él me ha regalado libros y sabe de mi proyecto de fomento a la lectura.

Cuenca Díaz también participó en la matanza de estudiantes, el 10 de junio de 1971, cuando los paramilitares «los Halcones», asesinaron a jóvenes que participaron en una marcha pacífica, cerca de la escuela Normal de maestros, en la Ciudad de México.

Documentos muestran que Cuenca Díaz pidió mucho antes de la matanza de Corpus Cristi, que los hospitales militares estuvieran listos para recibir heridos, pues ya sabía que habría una masacre.

Además, videos de ese 10 de junio, muestran cómo los Halcones actuaban coordinados con policías y con soldados.

Mi amigo Armando Lenin Salgado, tomó las fotos mas icónicas de esa masacre, una de ellas, es un francotirador, en la esquina del metro La Normal.

Los Halcones fueron creados por un militar durante el sexenio de Díaz Ordaz. Después, el Presidente Echeverría le pidió formalmente al gobierno de Estados Unidos que los entrenara en ese país.

Por cierto, recomiendo la película «El bulto», de Gabriel Retes, sobre ese tragico suceso.

Echeverría simpatizaba con Salvador Allende, electo Presidente de Chile, en 1970. El chileno cometió el error de dejar intacto el ejército, con mandos de Derecha, quienes primero asesinaron al general Schneider, y luego le hicieron el «Golpe militar», en 1973, con el gorila fascista del general Augusto Pinochet, con apoyo del gobierno de Estados Unidos, vía Henry Kissinger.

Recomiendo unas entrevistas que realizó Julio Scherer, para «Excélsior», y para «Proceso», a tres líderes políticos, ahí están las respuestas de lo que quiero explicar en mi artículo: que para permanecer en el poder, no sólo es necesario tomar el gobierno, sino también las fuerzas armadas.

El 3 de noviembre de 1970, se publicó en «Excélsior», la entrevista de Julio Scherer a Salvador Allende. Ahí el Presidente habla de su amor por Chile, su vocación democrática, pero su error de confiar en su ejército, que dos años después, le haría el Golpe militar.

El 5 de septiembre de 1971, se publicó en «Excélsior», la entrevista que le realizó Julio Scherer a Chou En-Lai, Primer ministro de la República Popular de China, y muy cercano a Mao Tse Tung. Ahí el líder chino explicaba los riesgos de que Salvador Allende tuviera sólo el gobierno pero no el poder en Chile, pues su ejército estaba en su contra.

Ahí Chou declaró: «- El gobierno de Salvador Allende es democrático. Pero para nosotros… es imposible que un gobierno democrático logré su consolidación sin el apoyo de las fuerzas armadas. En América Latina han sido derrocados gobiernos democráticos en innumerables ocasiones.

Porque la elección no consolida el poder por sí sola. Todo gobierno debe contar con su propia fuerza armada, democrática o proletaria, que lo asegure en el poder.»

Y el chino tuvo razón, pues Allende se confío y dos años más tarde, le hicieron un Golpe militar.

El 2 de enero de 1984, se publicó en «Proceso», la entrevista de Julio Scherer a Fidel Castro. Ahí el líder cubano explicó cómo era el ejército chileno que derrocó a Salvador Allende, esos militares de Pinochet tenían ideología fascista.

Fidel Castro declaró: «- El ejército chileno conserva raíces europeas. Alemanas concretamente. Fueron alemanes los instructores; alemán fue el formalismo; alemán el uniforme; el saludo, una descarga eléctrica, fue alemán; fueron alemanes los aires marciales y alemán fue el espíritu de cuerpo. Además del formalismo prusiano, había gozado de ciertas tradiciones bélicas… Ese ejército fue instruido más tarde por los Estados Unidos que le suministraron armamento y poco a poco lo fueron atrayendo a su servicio.»

Ambos lideres tuvieron razón, tanto el chino como el cubano. Porque cuando tomaron el poder en sus países, cambiaron al ejército, y crearon uno nuevo a su disposición. Por eso, hasta ahora, no le han hecho «Golpes militares», ni a China ni a Cuba.

Por cierto, el 14 de junio fue cumpleaños del Che Guevara, quien luchó junto con Fidel Castro, para derrocar al ejército represor de Fulgencio Batista, y luego crear un ejército de la Revolución Cubana. Esa es la lección.

Regresando al México de los 70. Fue tan grande el favor que le hizo el general Cuenca Díaz a Echeverría que éste le pidió al Presidente electo, López Portillo, que lo hiciera candidato del PRI a gobernador de Baja California (rompiendo una regla) y aceptó, afortunadamente durante su campaña, el general falleció en 1977.

Hablando del Presidente López Portillo (1976 a 1982), cometió un agravio al ejército, al nombrar por dedazo, como «General», a Arturo «el Negro» Durazo, su Jefe de la Policía de la Ciudad de México, pues éste no era militar, le dió tanto poder el Presidente porque de niños, Durazo lo defendió de los golpes de sus compañeros de la escuela. Durazo estaba ligado al narcotráfico.

También fue preocupante que López Portillo tenía dos gallos para sucederlo, uno era el neoliberal Miguel de la Madrid, y el otro era el represor de Javier García Paniagua (hijo de Marcelino García Barragán, y padre de Omar García Harfuch),

Javier García Paniagua había sido Comandante de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) de 1976 a 1978, por designación de López Portillo. Esta Dirección se encargaba de espiar, detener, torturar y asesinar a guerrilleros (sobre todo urbanos), a estudiantes y a luchadores sociales, mediante una policía que caía en el fascismo por sus métodos de represión.

En 1981 López Portillo nombró a Javier García Paniagua, Presidente nacional del PRI, con el objetivo de darle reflectores. Al final, López Portillo optó por un licenciado que sabía de economía, en lugar de un político ligado a militares y policías represores. Por esa razón García Paniagua, dicen, hizo un berrinche tremendo. Sí hubiera tenido el poder, quién sabe hasta dónde habría llegado su venganza contra López Portillo.

García Paniagua no participó en el gobierno de Miguel de la Madrid. Sólo se recuerda que luego del sismo de 1985, en la Ciudad de México, el Presidente reaccionó muy tarde para ayudar a los damnificados, se decía que el ejército podría haber dado un «Golpe militar», debido a la debilidad del mandatario, pero no sucedió nada.

Durante ese sexenio neoliberal, el narco empezó a cooptar a varios soldados. El periodista Manuel Buendía fue asesinado, se cree que porque tenía información al respecto, de señaló como autor intelectual a José Antonio Zorrilla, titular de la Dirección Federal de Seguridad, aunque otros apuntaban más arriba, la Secretaría de Gobernación.

En 1988 un amplio sector del ejército, -como mencioné – simpatizó con el hijo del general Lázaro Cárdenas, quizá por eso no hubo una represión al pueblo.

El usurpador de Carlos Salinas, rescató a García Paniagua, y de 1988 a 1991, lo designó Secretario de Protección y Vialidad del Distrito Federal, cuyo Regente era el también neoliberal Manuel Camacho Solís, del PRI. Finalmente, el Presidente nombró a Javier, director de la Lotería Nacional de 1991 a 1993.

Ya está más documentado, por eso no me detengo, cómo durante los sexenios de Carlos Salinas (1988 a 1994), y de Ernesto Zedillo (1994 al 2000), junto con sus gobernadores del PRI, utilizaron al ejército, policías y paramilitares, para reprimir al pueblo, sobre todo, en Guerrero y en Chiapas; con las matanzas de Aguas Blancas el 28 de junio de 1995, y en El Charco, el 7 de junio de 1998, ambas en Guerrero.

Y en Acteal, Chiapas, el 22 de diciembre de 1997. Aunque en ese estado ha habido bases militares, cuyos soldados le han disparado a los indígenas chiapanecos, sobre todo, desde 1994.

La represión más brutal que hicieron en conjunto, el gobernador del estado de México Enrique Peña Nieto (PRI), y el Presidente Vicente Fox (PAN), fue contra la gente de Atenco, Estado de México, (y de otros lugares) en mayo de 2006. Incluso varias mujeres fueron violadas por la policía.

En ese 2006, después del fraude electoral del PAN contra López Obrador, me quedé en el plantón de Reforma, yo viví en la carpa de mi estado Guerrero, ubicada en el zócalo, enfrente de la Catedral.

Siempre hombres extraños, nos tomaban fotos. Yo hacía guardias por las noches, pero lo más increíble, es que se nos infiltró un militar que era indígena, por eso nunca sospechamos nada al inicio, pero finalmente, los más astutos lo descubrieron, él tenía información de nostros, lo confesó, pero inexplicablemente lo dejaron ir.

Durante ese período, viajé a región de La Montaña, en mi natal Guerrero, por una semana; en Tlapa, estaban los paquetes electorales, resguardados por soldados, de una forma me sentí tranquilo, además, varios compañeros del movimiento permanecieron cerca, todo el tiempo, para vigilar los paquetes, en la noche, nos quedamos a medio dormir, en petates. ¿Qué hubiera pasado sí AMLO nos hubiera dado la orden?

Regresando a la Ciudad de México, ya estábamos en septiembre, y el Presidente Fox quería que nos fuéramos del zócalo, para que él diera su «Grito de Independencia». Le pidió a su Secretario de la Defensa Clemente Vega García que nos desalojara, entonces el general le solicitó que le diera esa orden por escrito, pero Fox reculó.

Hubo negociaciones, y se llegó al acuerdo de que Fox daría «el grito», en Dolores, Guanajuato, y que en el zócalo de la Ciudad de México, «el grito» no lo daría AMLO sino el Jefe de Gobierno Alejandro Encinas, junto con el Secretario de Gobernación Carlos Abascal.

Así que, no nos desalojó el ejército, pero sí tuvieron que quitar nuestras carpas, unas máquinas; varios de nosotros empezamos a llorar, porque no eran sólo lonas, metales, plásticos y sillas, eran nuestras casas, el zócalo había sido nuestro hogar por unas infinitas semanas, y muchos compañeros desconocidos, se volvieron nuestros hermanos. Yo sobreviví vendiendo libros y joyería adentro del platón.

El gobierno del DF nos dijo que nos podíamos ir a dormir al deportivo Guelatao, al término del «Grito», esa fue la única vez que he estado la noche del 15 de septiembre, en el zócalo de México, bien aburrido, y no lo volveré hacer, simplemente porque en la historia, esa noche no sucedió nada, el 15 de septiembre solo es cumpleaños del dictador Porfirio Díaz, y cuando el cura Miguel Hidalgo mandó a tomar las armas contra los gachupines, fue en la madrugada del 16 de septiembre de 1810.

Al término del «grito» de los obradoristas, nos fuimos a dormir al estacionamiento del deportivo Guelatao, en el suelo, con el olor a gasolina. Pero lo más conmovedor fue ver ahí a las mujeres indígenas de Oaxaca, con sus huipiles típicos y descalzas. Le teníamos mucho respeto al pueblo oaxaqueño (con la APPO) porque estaba siendo reprimido por la policía del gobernador Ulises Ruíz, del PRI.

Al otro día, nuestros paisanos fueron por nosotros, nos pusimos contentos, y cada quien como pudo, regresamos a nuestros estados.

Felipe Calderón para legitimar su fraude del PAN, militarizó su sexenio (de 2006 a 2012), supuestamente para combatir al narcotráfico, aunado a su policía federal, corrupta y ligada al crimen organizado, con Genaro García Luna al frente, hoy preso en EUA. Aunque supe de policías de gran corazón en esa época. La revista «Proceso», publicó reportajes muy interesantes.

Durante la transición del gobierno de Calderón al de Peña Nieto, hubo persecución a gente de Izquierda, y varios fueron asesinados.

Por ejemplo, en Guerrero, el caso más famoso, fue el de Armando Chavarria, quien había sido Secretario de Gobierno (con el gobernador Zeferino Torreblanca), y en ese momento era el líder de los diputados locales del PRD.

Sae sabía que se lanzaría de candidato a Gobernador de Guerrero, y tenía todas las posibilidades de ganar, por eso, fue asesinado en su coche afuera de su casa, el 20 de agosto de 2009. Los tiros fueron de un profesional, casualmente, el gobernador Zeferino le había retirado su escolta recientemente. Todo fue planeado quirúrgicamente.

Ese caso se parece al asesinato de la secretaria particular y asesor de Clara Brugada, el que disparó lo hizo de manera profesional. Y se ve que tuvieron semanas de planeación. ¿Habrán participado guardaespaldas, policías o militares?

En el caso de los jóvenes de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, en 2014, está documentado que participaron policías y militares para detener a los estudiantes. El general Cienfuegos debo tener toda la información.

Cuando López Obrador se convirtió en Presidente de México, en el 2018, por la vía pacifica, sabía que no podía cambiar al ejército, pero sí desmanteló a la policía federal, y creó la Guardia Nacional. A los militares los mantuvo ocupados en la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles, y en el Tren Maya, entre otras tareas, pero nunca para reprimir. AMLO es maderista.

Platiqué con varios jóvenes soldados que custodiaron a López Obrador, principalmente en Yucatán y Quintana Roo, ellos me dieron confianza. No le hicieron un «Golpe militar».

Regresando a nuestro origen, somos un pueblo guerrero, y al primer ejército invasor que nos enfrentamos, fue al católico español, liderado por el soldado sanguinario y ambicioso de Hernán Cortés. Quienes lo combatieron fueron los Tlatoanis Cuitláhuac y luego Cuauhtémoc, que tenían el rango miliar más alto entre los mexicas, en Tenochtitlan y Tlatelolco. Los habitantes de lo que ahora es la capital del país, dieron su vida, luchando contra los españoles.

Esa bravura, la heredó el indígena Pedro Ascencio de Alquisiras, fue un militar que luchó hasta su muerte, junto al general Insurgente Vicente Guerrero, por la Independencia de México. Murió en combate el 3 de junio de 1821. Se enfrentó a los «Realistas», y a esos españoles que nos invadieron tres siglos atrás.

Finalmente, mi propuesta de «Plan D» es conocer qué ideología tiene el ejército mexicano, sus policías, Guardia Nacional, y guardaespaldas que custodian a los gobernantes de la 4T.

¿Serán pro españoles o Insurgentes?

¿Serán admiradores de López de Santa Anna, y del ejército «gringo», o firmantes del Plan de Ayutla?

¿Serán traidores como los militares Miramón y Mejía servidores del emperador Maximiliano, o serán Liberales juaristas y le veneran respeto a Ignacio Zaragoza?

¿Serán partidarios del dictador Porfirio Díaz o son maderistas?

¿Serán carrancistas, o serán villistas y zapatistas?

¿Serán de Derecha o de Izquierda?

¿Le serán fieles a Claudia Sheinbaum, Comandata Suprema de las Fuerzas Armadas, o le harán caso a Jorge Romero del PAN, quien declaró que a la Derecha, lo único que le queda, es el uso de la ‘violencia’ contra el gobierno federal?

De las respuestas, depende mucho el rumbo de México.

En mi caso, aunque es obvio, soy seguidor de los Tlatoanis mexicas Cuitláhuac y Cuauhtémoc. Seguidor de Morelos y del general Vicente Guerrero.

Seguidor del general Juan Álvarez, y admirador de los Liberales como el general Ignacio Zaragoza. Estoy en contra de la monarquía.

Repudio al dictador Porfirio Díaz, admiro al general Felipe Ángeles, y a Pancho Villa; y sobre todo, soy seguidor del Ejército Libertador del Sur, del general Emiliano Zapata. Siempre a la Izquierda.

Deja un comentario